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»En cuanto a los animales que se ofrezcan al SEÑOR, todo animal que se traiga para el SEÑOR queda consagrado. 10 El que haya hecho la promesa no puede cambiarlo por otro animal, ya sea mejor o peor; y si lo hace, ambos animales quedarán consagrados. 11 Si se trata de un animal impuro que no se puede ofrecer al SEÑOR, entonces la persona presentará el animal al sacerdote.

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